Combinaba los amores de dos en dos, siempre buscando su máxima afinidad. Los citaba en una aventura por escribir, aún sin empezar. De esta manera hacía feliz a muchas personas. Lograba enlaces, familias, historias con buenos finales.
¿Y qué le quedaba a ella? Sólo las fotos, las cartas de agradecimiento y los euros. ¿Qué le quedaba a una casamentera atractiva, joven, y con mucho dinero en la cartera? Nada. Sólo una nevera con la mitad de un triste limón y un colchón de 90. Una colección de arrugas y un alma solitaria y aburrida.
Un día llegó al buzón de su despacho la foto de un tipo rubio y fuerte. Atractivo. Un tipo que curiosamente no encajaba con ninguna de las mujeres de su archivo. El extenso curriculum de habilidades y contradicciones la ensimismó como una novela de Reverte. Hizo un pequeño respiro en su vida. Se levantó, miró por la ventana y resolvió: Metió el cheque en otro sobre junto con su teléfono escrito en un post-it y reenvió el contenido al hombre que cambiaría su vida para siempre.
ANA LUISA GARCÍA TUÑON
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Ana Luisa nos ha escrito desde un pueblecito de León. “Tengo que ir al bar para conectarme a Internet y navegar entre un sinfín de blogs que me llenan el alma de exquisitas palabras. Pero ninguno como éste. Me he animado a participar sin haber escrito antes más que unas cuantas redacciones del colegio. Y la experiencia me ha gustado. Espero que a vosotros os guste también.
Muy bonito,como todo lo sencillo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu cuento.
Susana (Sue)
No me esperaba que pudiera gustarle a alguien. Muchas gracias Susana. (Luisa)
ResponderEliminarDe entrada ya le gustó a cuelebre porque te lo ha subido a su página.
ResponderEliminarY estoy segura de que a más personas les ha gustado.
Sigue escribiendo Luisa!
Susana (Sue)
Tienes razón, Susana. Quizá me anime y escriba algún cuento más.
ResponderEliminar(Luisa)