La boca de la cueva se abría delante de nosotros, una interesante invitación a lo desconocido.
Nuestra mirada anticipaba la aventura y rápidamente nos enfilamos por las rocas que subían hasta la entrada.
El contraste, entre la oscuridad interior y la fuerte luminosidad que nos rodeaba en el exterior, no nos permitía ver más allá de unos pocos metros.
Además, apenas teníamos un par de linternas para los que éramos, algo más de media docena. No obstante, el deseo de explorar, de saborear aquella pequeña aventura, nos hizo adentrarnos por el túnel.
Fuimos avanzando con cuidado, ya que apenas veíamos nada con aquella luz, que escasamente nos alumbraba los pasos.
Debíamos ir en fila, pues las paredes eran estrechas. También la altura era reducida, poco más que nuestra estatura.
Toda nuestra atención estaba fijada en el suelo para evitar tropezar con las piedras sueltas que había, pero... ¡allí no estaba el peligro! Del techo sobresalía una piedra algo grande, lo suficiente para...
¡Ay!, ¡qué cabezazo que me di! Siempre he tenido la cabeza bastante dura, pero sólo mi amor propio me contuvo de reprimir la exclamación de dolor.
Seguí adelante con el resto del grupo, no me iba a detener por una simple piedra, y menos a riesgo de ser el hazmerreír del grupo.
Llegamos al fondo de aquel tramo de cueva y, a través de una pequeña abertura, entramos en otro que corría perpendicular al primero y con un suelo bastante accidentado, pues estaba lleno de rocas que teníamos que escalar con cuidado, además de vigilar el techo, también algo bajo.
Durante un rato exploramos aquel pasaje hacia un lado primero y luego hacia el otro, sin encontrar más que paredes de roca, que lo cerraban por cada extremo.
Estábamos enfrascados en esa exploración cuando de repente nos sobresaltó una exclamación de dolor, que por la misma sorpresa no podíamos reconocer a quien pertenecía del grupo.
A esa la siguieron dos más, creando una total confusión entre nosotros, que no sabíamos si se trataba de una broma o de algo serio, y que tampoco nos apetecía averiguar.
La oscuridad, el miedo a lo desconocido y nuestra propia imaginación se aliaron para asustarnos como si allí hubiera monstruos malignos. En un momento el miedo se apoderó de nosotros.
Alguien echó a correr, otro más lo siguió al momento, y me parece que no hubo ningún héroe entre el resto, al menos yo tampoco me quedé a comprobarlo, de manera que todos cruzamos como pudimos por la estrecha abertura que daba al pasaje principal, ese por el que habíamos venido unos minutos antes, sin preocuparnos para nada de si alguno se quedaba atrás, echando ruidosamente a correr por el túnel que nos llevaría de vuelta a la entrada.
Al igual que los demás, yo también corría y ni siquiera me acordé de aquella piedra hasta justo después de chocar con ella, ¡qué daño!, y como iba corriendo, incluso me dolió el golpe más que antes.
Aún tuve suerte de que la piedra era redondeada por ambos lados, lo que evitó que me hiciese una brecha y la sangre me delatara, así que escapé de compartir con los demás mi desventura particular.
Desde entonces, cuando alguien menciona ese dicho de tropezar dos veces en la misma piedra, me viene al pensamiento que eso lo conozco literalmente, claro que casi nadie sabe el motivo de mi sonrisa.
Aquel día también aprendí algo muy importante.
Que tenía que buscarme amigos más altos que yo.
JAVIER CAMÚÑEZ
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“Me gusta escribir narraciones, contar lo que siento, compartir las imágenes que se forman cuando las palabras se unen en una estructura. Tengo poca experiencia y algunas veces he escrito para un público muy reducido. Ahora va llegando el momento de abrirme a un horizonte más amplio, algún proyecto está ahí, en plena elaboración. Y también esas líneas que anteceden este texto y que tal vez hayas leído.“
Nos sentimos muy afortunados de haber sido elegidos para ser la ampliación de tu horizonte.
Objetivo cumplido: sonrisa arrancada. :-)
ResponderEliminarFelicidades por la publicacion Javier, Fermí
Otra sonrisa conseguida :) acompañada de una sana envídia y un "pues... quizás me propongo lo mismo: un relato semanal!"
ResponderEliminarPor cierto, no esperaba que chocaras de nuevo con la piedra :D
Jejejejejeje, muy bueno Selin... Y vigila con las piedras que veo que eres propenso a tropezar :P Por cierto... me he quedado con las ganas de saber de dónde procedía la exclamación de dolor que les hizo correr... Mira, rebuscada que es una :P Un besote y enhorabuena :)
ResponderEliminarya he podido entrar!!!
ResponderEliminarjo, que buena idea
Ro
Está muy bien Selin :)
ResponderEliminarHe tenido un día largo y pesado de esos que parece imposible vayan a acabar bien, y has conseguido hacerme sonreir...¡gracias!
ResponderEliminarAnaIsabel
Muy bueno, efectivamente la sonrisa es inevitable. Suerte en el concurso. Paquita
ResponderEliminar¡Buenas!
ResponderEliminarQuien no ha tropezado dos veces con la misma piedra... literalmente hablando !!! yo sí!
La verdad que al principio del relato he sentido un poco de claustrofóbia al estar tan encerrados sin saber el porqué! pero tienes mucha razón en tus palabras.
Tonets Selin!
Lets
Muy bueno Selin!!!! Me has hecho sonreir... jajaja.
ResponderEliminarGracias, Fermí. :)
ResponderEliminarGracias, Eva, avísame cuando escribas algo, que me encantará leerlo.
ResponderEliminarGracias, kez. Pues yo también me quedé con las ganas, nos miramos, pero nadie reconoció haber sido.
ResponderEliminarGracias, Ro, entra y disfruta.
ResponderEliminarGracias, Lucía. :)
ResponderEliminarGracias, Ana Isabel, he conseguido lo que deseaba. :-)
ResponderEliminarGracias, Paquita, más que suerte, popularidad. :-)
ResponderEliminarGracias, Lets, ya veo que no soy el único. ;-)
ResponderEliminarGracias, anónimo, me gustaría saber quien eres... mándame un privado.
ResponderEliminarMuy bueno, y aun que estaba en el techo, que si llega a estar en el suelo la coges y te la llevas puesta :)
ResponderEliminarSuerte en el concurso
Gracias, Jose, claro que tal vez alguno llegase antes y se la llevase por su cuenta. :D
ResponderEliminarFelicitats Xavi, m'ha encantat :)
ResponderEliminarGràcies, Sílvia. :-)
ResponderEliminarFelicidades!!
ResponderEliminarAl menos veo que no soy la única, jeje
Isa
Gracias, Isa, pues no, no eres la única y eso es una gran satisfacción. :D
ResponderEliminarya tienes mi voto. a ver si tienes suerte. felicidades.
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ResponderEliminarGracias, Juanny, lástima que ha sido en vano.
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