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25 de febrero de 2011

117: "SEMPRE LONTANO"

Siempre lejano, mis ojos no reflejan más que la distancia espiritual que guardan nuestros corazones, y en mi sonrisa se imprime el sello del silencio contenido y continente.
Se levanta temprano sin plisar las blancas sabanas que adornan el altar del amor, con cuidado repite "Una quai, es omnia Dea Isis" mientras se talla los ojos y levanta sus brazos al cielo como si de eso dependiera la victoria de su día; como Moisés contra Amalec, voltea y me mira aun en el lecho; yo, que llevo viéndole dos minutos a partir de su intento fallido de sofocar el estornudo con que da los buenos días a los decibeles; ahí, en el lecho yaciendo en mi escepticismo científico incomprobable y por demás imponderable, "bendito seas" me dice con una sonrisa un tanto sarcástica, como si supiera que a mí las bendiciones y las maldiciones me resultan de lo más absurdo. Lo sabe.
Sus rodillas ceden y logra ponerse en pie como lo hace alguien que tiene veinticinco años y en su marcha plasma su sombra sobre mí, que he luchado ya cinco minutos por deshacerme de el embrujo de la cama "me acosté tarde" le digo para evitar que juzgue mi pereza permanente envuelta en algodón puro y sin macula, "pues apúrate que no vas a alcanzar a bañarte" me dice desde la puerta del baño mientras se despoja del habito de la religión de la noche, esa que se viste en el altar de la cama y se porta en el tiempo nocturno. Por fin he sacado los pies y mi fisionomía comprueba el frio de la duela que se puso para que estuviera más cálido; en el buró miro mi reloj y marca cierta hora menos ciertos minutos, átomos de tiempo que se hacen insulsos cuando estoy en su presencia; intento calcular cómo podré desdoblar el espacio para almorzar, correr al trabajo y atender algunas reuniones, y le cuestiono "no sé qué voy a hacer hoy, tengo tantas cosas que hacer… ojala pudiera estar en muchos lugares a la vez" escucho una sonrisa ante tan común declaración "lo mismo piensan millones de personas todos los días" “ya lo sé”, "deberías de desdoblarte astralmente, esa sería una buena solución" dice, y hay mucha fe en sus palabras, realmente es una persona espiritual, una extraña combinación de Neopagano,  Budista zen, Sufí, Hindú y Judío, todo eso le ha tomado el mismo tiempo que a mí me tomo convencerme de no creer en nada, al menos superficialmente, le respondo con una carcajada inflamada con mi escepticismo, mientras me dirijo al lugar de sus abluciones y mi forma de encajar en la pulcra sociedad "¡el agua está muy caliente! ¡Parece que vas a desplumar pollos!" creo que concuerda conmigo pero no regula la temperatura, quizá porque su corazón cálido necesita que su entorno también lo sea, o porque al mío… más templado, le desagrada. "los sacerdotes egipcios se bañaban dos veces al día y dos en la noche… ¡con agua fría!" me comenta, como si le hiciera falta pureza, como si su piel no fuera lo bastante limpia e inocente, y la recorro con mis dedos enjabonados deteniéndome en donde la prohibitud de su abstinencia ritual me lo impide y a donde mi física morbosidad me invita; está en un periodo de consagración, se abstiene de sexo y alcohol y me hace sufrir, a mí que me muero por embriagarme de su sexo, de su pureza; no me quejo, sé que es algo importante porque tiene siete días así, y yo me muero cada vez que rozo su piel o contemplo su torneado templo erigido a la búsqueda del espíritu  o la asunción o no sé qué; mientras, me sostengo en pie en mi química composición, guardo la célibe compostura, aunque no niego que la libido me esclaviza y la concupiscencia me susurra al oído todas las cosas que le hare cuando su purificación termine; qué bueno que se purifique porque yo soy inmundo pero con cautela, un día me dijo "¿sabías que para los judíos las cosas impuras contagiaban su impureza, y las puras solo podían perderla?" "que desgracia" le contesté "o sea que nunca voy a perder mi estado, y puedo arrastrarte al mío" "en el balance del bien y del mal hay tiempo para todo… quizá sea el tiempo de que sea impuro contigo" lo dijo mientras me besaba el cuello y despertaba al hombre indómito que llevo dentro, le tome de la nuca y le susurre al oído "llénate de mi entonces" acto seguido me comporte como un demonio poseyendo al creyente más ferviente, y su comportamiento fue algo así como de quien se hunde en el pecado más negro por su propia voluntad, esa fue la primera vez que le tuve; pero hoy no puedo, no puedo tenerle, sus rituales le arrastran a sacrificar el fuego de mi piel por la altura del cielo, se que se contiene, lo puedo ver en sus miradas, en sus roces intencionales.
Mientras yo daba una diatriba contra su abstención se ha cambiado ya, y mientras gruñía en mi deseo; ha bajado y ahora el olor a café inunda hasta la habitación, que me recibe así, escéptico, caliente y ahora hambriento. Me enfundo la ropa como quien se enfunda una media en la cabeza para robar un banco; bajo de tres saltos la escalera y me encuentro con que esta orando por los alimentos… "¿huevos a la mexicana?" no responde… "es lo más rápido y aparte no tiene carne" me quedo atónito y es que, sé que practica el vegetarianismo pero privarme del placer gastronómico más primitivo me resulta insultante. "bueno por lo menos no me iré con el estomago vacio” silencio… "y no te subirá el colesterol" y esboza una sonrisa burlona mientras se mete el primer bocado a la boca, una sonrisa que llama a su gemela en mi cara; "gracias, esta delicioso" digo con la mitad del plato en la boca y los restos de una heroica tortilla que paso por mi frente "qué bueno que te gustó" llevo los platos a la tarja y finjo poner cuidado en lavarlos, la verdad es que mi amiga cotidiana 'la prisa' se encuentra ya jugando con mi pulso, toma el café casi como si fuera ayahuasca y alterara su estado de conciencia; le altera.
Al finalizar su trance deposita la taza vacía en la tarja y en vez de lavarla, me invade con un abrazo tan firme como su fe, tan imponente como mi ateísmo, y me susurra al oído un espiritual "te amo"; me tiemblan las rodillas, se me acelera el pulso, se dilatan mis pupilas y me sudan las manos, le respondo con un materialmente monumental "yo te amo más que a mi vida misma".
Ya en la puerta, con el cuidado que pone una vestal en el fuego sagrado; me toma la mano con cautela de no incitar la ruptura de su momentáneo celibato, miro sus ojos hasta el alquímico fondo donde se transmuta mi escepticismo, en la adoración mas devota que el mundo ha conocido nunca, en la religiosidad mas fundamentalista y exacerbada que un humano pueda concebir, y siento que ni el místico Sufí se compara con el estado de contemplación en el que me encuentro por sus ojos sometido; me siento entendiendo al cabalista que celoso guarda su enseñanza en secreto, como yo llevo este amor encerrado en la cárcel de mis costillas y de pronto llega mi apoteosis más completa, me besa, y comprendo que en sus besos se encierra la clave salomónica del presente y el futuro que sabe a pasado, a sus labios.
Ya de vuelta en mi humano estado le abrazo como el Imán abraza su fe, y deseando encontrarle de nuevo en mi mar de superficialidad, acelerar el tiempo y teletransportarme dentro de sus ojos le digo "te veo en la tarde"

Raul Fernando Iglesias Mejia
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“Agradezco la oportunidad de difundir este pequeño intento de escribir un cuento corto, pido disculpas por los errores etc. soy un estudiante con 24 de la carrera de derecho en la Universidad Autónoma de Chihuahua.
Normalmente escribo poesía, y este fue un bonito experimento salido de mi cabeza por petición de un amigo. Espero y les guste lo aquí vertido y agradecería que al igual me invitaran a leer sus cuentos.
Me pueden encontrar en twitter como @raul_iglesias”

7 comentarios:

  1. No sabes lo que me emociona que te hayas animado, buen relato, me ha gustado mucho, ahora más ;) Un abrazo Raul Fernando.

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  2. Raul... me ecanta tu cuento... tu relato invita a pensar que lo cotidiano puede ser mucho más que cotidiano... Eres todo un estuchito de monerias...=)(M.Cámara)

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  3. Excelente cuento... "Con alquímica estructura que transmuta cualquier escepticismo"... Saludos

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  4. amigo mio me dejaste pasmado, estoy inmensamente orgulloso de ti, que los dioses te vendigan, he sido testigo de todo tu ritual matutino y jamas lo habia visto desde tu optica, los fines de semana que me quedo en tu casa y despertamos ya no volveran hacer los mismos despues de haber leido esto, en conclucion.... me encanto, te amo amigo mio

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  5. Definitivamente deberías experimentar con la narrativa más seguido, por poquito se encendía el color de tu voz; pudiste plasmar con mucha naturalidad esa forma tan mágica que tienes de contar las cosas. Me encanta tu desdoblamiento geminiano turnandose los roles, jugueteando con esa doble óptica amorosa, estuviste a un filo del performance... también te amo Raulito :)

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  6. Gracias por sus comentarios a todos ustedes! en verdad me dan muchos animos de seguir adelante!!!
    gracias y besos los quiero

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  7. tiene buena narratiba y ritmo, las metaforas son buenas, ademas el toque religioso lo mantiene interesante.

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