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14 de enero de 2011

75: "MIEDO"

Se levantó sobresaltado, el sudor resbalando por su cuerpo lo empapa todo, la respiración entrecortada, casi no podía coger oxígeno, se ahogaba, eso le asustó aún más.
Levantó las piernas y se sentó al borde de la cama haciendo un gran esfuerzo para tomar aire. No podía parar de gemir, la sensación de angustia le taladraba la cabeza, miles de martillos que luchan por destrozarle el cráneo.
Había tenido una pesadilla, la misma pesadilla recurrente desde hace varios meses. Pero hoy algo había ocurrido diferente que lo hizo despertar de forma tan brusca y agitada, algo había cambiado en ese extraño sueño que ya comenzaba a ser una rutina más de su vida.
Se veía solo, en su misma habitación, mirándose dormir en su propia cama. Se acercaba a si mismo y se despertaba. Podía vivir nítidamente lo que sentía cada uno de sus yos representados en la misma escena, el que sabe que esta ahí y se despierta a si mismo teniendo todo el control de la situación y el que se sorprende de verse tan real despertándose.
Es extraño sentir esos sentimientos a la vez, como desdoblarse en dos y conceder a cada mitad una personalidad diferente y saberse representado por ambos.
En esa parte del sueño, el que estaba de pie decía al que se estaba despertando:
-¡Despierta! ¿No ves que están tapiando la puerta?
El que estaba tumbado miraba hacia la puerta y veía un muro de ladrillos, la habitación completamente cerrada, sin un hueco por el que escapar, el aire denso ahogaba sus pulmones y la visión casi nula dentro de tan tupida oscuridad.
Ese era el momento en el que despertaba, casi siempre gritando, más o menos en el mismo punto, aunque ya no le asustaba tanto, se había acostumbrado, e incluso alguna vez se levantaba sonriendo por el extraño “déjàvu” que sentía noche tras noche.
Hoy es diferente, hoy se ha levantado realmente aterrorizado, turbado, hoy la pesadilla ha cambiado, un elemento nuevo se ha introducido en la escena, un nuevo elemento. Hoy después de mirar la puerta tapiada oyó risas y voces del otro lado, no unas cualquiera, risas familiares, voces que le recordaron que ese sueño no era un privilegio suyo, un secreto que guardaba con su almohada. Hoy sintió que no estaba solo en esa cita nocturna, esas voces le hicieron recordar otros miedos más profundos que dormían en su interior.
Al escucharlas, es cuando se ha despertado sudando y aterrado, al borde de un ataque de ansiedad.
Cuando la respiración vuelve a su cadencia natural, ha encendido la lámpara de la mesita llenando todo de luz, se ha levantado y ha corrido el pañuelo rojo que tapa el espejo que tiene enfrente de la cama y se ha mirado a los ojos, sin poder mantener la mirada a girado el rostro. Paralizado como una estatua, con los ojos cerrados le han brotado dos enormes lágrimas, ha quitado por completo el pañuelo y mirando de reojo el reflejo que queda por encima de su hombro ha visto la puerta, como siempre, sin nada nuevo.
Respira hondo y llora, llora profundamente, no por la pesadilla, llora por querer que la puerta estuviera realmente tapiada.
JULIO MUÑOZ
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Mi residencia está en el corazón de “La montaña Palentina” (Guardo, Palencia).
Soy un simple aficionado a la escritura, una afición que llegó a mi vida a la temprana edad de 12 años, más o menos, por mi compulsiva manía de leer cualquier libro, devoro literatura. Siempre intentando describir mundos que se desarrollan en mi cabeza, construyendo paisajes reales e irreales donde los sentimientos de las personas juegan un papel predominante.  Me gusta dar voz a todos esos personajes que son excluidos en la vida real o simplemente la gente no se atreve a mirarlos a los ojos, yo les doy su espacio. Me pueden encontrar en diferentes espacios:
Otros espacios donde me expando:
O escribirme a esta dirección: Jullkaesar@gmail.com

1 comentario:

  1. cumbres de dolor que transporta el miedo, el gran protagonista...este ejercicio es vital, gracias por traernoslo.

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