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6 de diciembre de 2010

36: "AMIGOS DEL ALMA"

Marcos vio algo que no pudo comprender. La silueta oscura y extraña que se deslizaba entre las tumbas lo dejó perplejo. Estaba escondido detrás de una lápida, solo. Ese día sus amigos no lo habían acompañado como tantas otras veces, seguramente el destino quiso que así fuera, al menos ese día, un día como cualquier otro.
Sus ojos de once años nunca habían visto aquella presencia macabra u algo que se le pareciese, jamás. El terror lo invadía desde la punta de los pies, la respiración sumamente potente y el corazón  parecía salírsele por la boca, pero permanecía inmóvil.
A pesar que sus ojos permanecían fijos sobre aquella figura fantasmagórica que simulaba haberse detenido, y con él también el tiempo, pesadamente sintió una mano que le tocó el hombro izquierdo –¡ayúdame por favor abuelo!- exclamó casi en silencio, pero aún así no quiso voltearse a mirar que o quien era dueño de la sensación que pesaba sobre su hombro; lo cierto es que al bajar la vista al piso, observó que era realmente muy oscuro el cementerio a esas horas, y se prometió a si mismo que si lograba salir de ésta, no volvería nunca más a aquel lugar solo.
Luego de un instante dejó de sentir la presencia detrás de él con lo cual exclamo un leve suspiro de alivio, igualmente no quiso voltear. Al levantar la vista hacia aquella macabra figura, su mirada siguió por completo de largo hacia el paredón de la parte de atrás del cementerio. Casi con alivio trató de incorporarse despacio, al mismo tiempo que miraba el oscuro cielo de un viernes a las once de la noche. Comenzó a caminar despacio hacia el medio, donde había una fuente de agua, la que alimenta las almas que vagan perdidas en la noche. Aquella, seca por completo, y llena de  verdes líquenes que se formaban en la base  producto de la humedad de ese lugar, nunca había tenido agua, ni en los días más calurosos de verano. Pero él se acercó igual, aunque no sea más que para apoyarse a descansar. De pronto Gabriel se le acercó vestido con lívidas y negras ropas, y comenzó a hablarle en un tono bajo y calmado.
-¿te conozco?
- no lo creo, nunca te he visto por aquí, siempre vengo con dos amigos que juntos íbamos y veníamos en el tren hasta que nos tuvimos que separar.
-soy Gabriel y he visto a tus amigos merodear varias veces por la noche este lugar. ¿Ellos también están aquí?
-si, pero hoy no han venido conmigo, a veces no se les permite salir.
-la voluntad no es de uno, sino de aquel que regentea.
-ya lo sé, pero igual, aunque ellos estén solos también, siempre vienen a hacerme compañía.
-¡no deberías haber salido, no se permite traspasar las puertas sin un motivo valido para el que regentea!.
-también lo sé, pero es que a veces es preciso volver a conocer este lugar por fuera, y aunque viole las reglas, aquí me siento vivo en las noches.
-me enviaron para que te enseñe nuevamente el camino, perdido estas aquí sin poder volver, y como tu sabes, allí te están esperando. Tal vez esta sea la última vez que se te permita salir.
-mi abuelo, muerto hace mas de veinte años me ha enseñado bien el camino para volver, no es preciso que me acompañes, yo me regocijo de su perpetua compañía, la cual me satisface en este laberinto oscuro y tenebroso.
-aun así, debo acompañarte, tu abuelo ya traspasó el calvario y pudo ascender. Los meritos fueron suficientes para el creador, y al fin lo recibió de donde fue llamado ayer.
-¿algún día yo también podré recibir esa gracia?.
-todo depende de aquel para quien las almas son sagradas, no puedo saberlo de antemano.
-¿porqué me has venido a buscar Gabriel siendo yo tan joven, y cuando aún no conozco ni he vivido la parte mas interesante de la infancia?
-porque así fue previsto. Las almas que sirven al creador no tienen tiempo ni lugar, su utilidad esta marcada a fuego en el corazón desde el momento de la concepción en el vientre, y tu fuiste hace dos años elegido, y de la misma forma tus amigos, que apiadados del nefasto están contigo.
-ya conozco lo que allí abajo sucede, y mis amigos también, y no quisiera volver, es tormentoso y calamitoso a la vez.
-pero luego de ello vendrá la redención.
Marcos había muerto junto a sus amigos dos años atrás, al caerse sobre las vías del tren. Sus cuerpos fueron encontrados en el medio de la nada, destrozados por completo.

Dante Martín Ramos
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De este autor sólo sabemos su nombre y su procedencia, Argentina. Animad a Dante con vuestros comentarios a que nos descubra cómo es en realidad.





2 comentarios:

  1. Muy buen cuento, me ha encantado. Un abrazo Dante y cuéntanos algo más sobre ti.

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  2. Gracias Julio, prometo subir información sobre mi, gracias por tu comentario!!!

    Dante

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