La quietud reina con lívidos y fugaces relámpagos
Que intensos recaen sobre la blanca atmósfera
Resuenan en silencio los acordes de las voces
Y encuentran oídos para ser escuchadas
A quien podría estremecer de lamentos
Que no impregne por si solo de su prestancia
Tal que de una u otra forma acaricie con sus manos
A las horas en las cuales ya nada cuenta
En soledad y al amparo de la noche escribo
Estas líneas que parecen deshilvanadas
Que cualquier otro poeta
Tildaría, de escombros de la palabra
La habitación se torno mas fría de lo común. La silueta de la luna entraba por el abismo de la ventana abierta. La maquina de escribir martillaba sobre el blanco papel seco, las tintas que resonaban en la espesura del inconsciente.
La puerta pesada, chillo suavemente. Las pinoteas lustradas parecían cansadas. Pasos que se acercaban.
Sudor frió que mojaba las sienes, nada más que decir. Todo lo demás no contaba, solo el sonido de las olas a lo lejos que el viento traía y llevaba.
En la hoja delgada que se izó de pronto y decidida, resplandeció la luz de la madrugada.
MARTÍN RAMOS
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Este profesor de lengua y literatura argentino tiene 37 años y un montón de títulos escritos (Analogía, Alrededor de ti, Encuentro, El beso esperado, El misterio de la vieja casona, Todo se reduce a la nada, Amigos del alma, La torre de Babel, Antíope –la verdad-, El final, Quién dijo que la cosa sería fácil, Crónica de una imaginación –Recabarren-, La salvación, Antíope, El baño de la oficina, Giro alrededor de ti, Herejía, Palabras perdidas, La divina compañía, Un día más, El bar de la avenida Rivadavia…).
“Actualmente me encuentro escribiendo una novela policial, pero me considero un cuentista, y de hecho, dentro del género narrativo es lo que más atrae mi atención.”
¡¡¡FELIZ NOCHE BUENA A TODOS!!!
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